¡Atención urgente a las deudas agrarias!

Señora ministra de Agricultura y Comisión Agraria

El Día del Campesino es mucho más que una alegoría y un post en redes sociales. Hoy mismo debería ser un día de acción de gobierno. El futuro de miles de familias campesinas justo ahora está en riesgo. Miles de hectáreas en litigio judicial por deudas y con ellas el peligro de la provisión de alimentos, la economía familiar, la soberanía alimentaria y otros indicadores que parecen no tener la más absoluta importancia para quienes aspiran el ingreso de nuestro país al OCDE por la puerta falsa.

Tras las pérdidas calculadas en más de 2100 millones de dólares por dos episodios del Fenómeno del Niño (1998 y 2017) que afectaron más de 90 mil hectáreas de cultivo, miles de agricultores del país -y una gran cantidad de ellos en los valles del Santa y Lacramarca (Ancash)- han perdido o están a punto de perder sus predios agrícolas al no poder cumplir con los pagos ante la banca estatal, privada y sector financiero.

No obstante cada vez que elevan la voz o realizan gestiones, el argumento gubernamental manifiesta ya haberlos atendido. En efecto, durante todo este tiempo que dura el calvario de los campesinos afectados por el Fenómeno El Niño, se dictaron varias medidas legales y normas como la Ley RAES (LEY 30573), la Ley RFA (LEY 30600, la Ley PREDA (LEY 29264), sus modificaciones y otras políticas sectoriales, pero sus resultados no alcanzan a resolver el problema y resultan favoreciendo siempre al sector financiero, pues a mas plazos, más intereses.

Es más, en apenas seis días se cumple un nuevo plazo legal (Ley PREDA – N° 29264), que convertirá las parcelas agrícolas en campos de batalla. Los remates y las órdenes de desalojo van a convertir a los pequeños y medianos agricultores peruanos en victimas del despojo. Ellos serán sacrificados por el clima y por el mercado si en menos de una semana la Ministra de Agricultura no interpone sus oficios por una prórroga.

Sin tierras, las familias campesinas migrarán a otras actividades y otros territorios acrecentando los niveles de pobreza y las demandas sociales. Sus tierras pasarán a manos de los “Terceros de Buena Fe”, figura maliciosa y ruin que deja soslayar la presencia de traficantes de tierras en complicidad con ejecutores coactivos y malos elementos del Poder Judicial.

La propia comisión agraria debería ya poner en debate un nuevo régimen financiero que posibilite la extinción de esas deudas como una medida de protección a esta actividad económica de la que dependen miles de familias del país. Así ha sido ya propuesto en un documento elaborado como parte de mi gestión congresal, que en coordinación con otros congresistas de la bancada del Frente Amplio hemos planteado para su discusión en la Comisión Agraria.

Los homenajes y ceremonias tienen que ir acompañados de medidas firmes y de manifestaciones que brinden confianza a la población, sobre todo a quienes el TLC no ha favorecido en lo más mínimo, a quiénes el Estado ha desprotegido y aún excluye, a quienes ciertos grupos financieros han debilitado sabiendo lo impagable de sus acreencias. Será un buen Día del Campesino y la Campesina cuando nos decidamos seriamente resolver este grave problema.