Sobre María Elena Foronda
María Elena Foronda Farro es una reconocida ecologista peruana que durante más de 30 años dedica su trabajo en erradicar la contaminación ambiental derivada de la industria pesquera en Chimbote, su ciudad; asimismo, por la eliminación de los impactos ambientales negativos de la actividad minera, y articulando propuestas para el desarrollo sostenible de las poblaciones en armonía con la naturaleza.
En reconocimiento a esta labor, en abril del 2003 recibió el prestigioso Premio Goldman, que le ayudó a potenciar las actividades del Instituto Natura que fundó a finales de los 80, con el que desarrolla actividades de educación, estudios, propuestas y exigencias a las diferentes instancias del Estado y la industria, para reducir los índices contaminantes en el aire, suelo y agua de Chimbote.
Su vocación por las causas sociales nació en casa, su padre Cupertino Foronda Macedo, fue un abogado vinculado movimientos sindicalistas y agrupaciones de izquierda, se caracterizó por defender derechos laborales y ser un férreo activista contra la dictadura militar de los 70 y más adelante contra la fujimorista.
María Elena estudió primaria y secundaria en Chimbote, su formación universitaria superior comenzó con Ciencias Sociales en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega en la ciudad de Lima, pero luego optó por Sociología en la Universidad Autónoma de México. Tiene estudios de maestría en Gestión Ambiental en la Universidad Privada Antonio Orrego de Trujillo.
En los tiempos de la dictadura fujimorista, fue sindicada, sin pruebas, por un “terrorista arrepentido”[1] de pertenecer al grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. A raíz de esta acusación, el 13 de setiembre de 1994 un contingente policial allanó las oficinas del Instituto Natura, que dirigía, y la detuvo.
En un proceso plagado de vulneraciones al derecho de defensa y al razonamiento jurídico, fue sentenciada en primera instancia por un tribunal sin rostro a 20 años de pena privativa de la libertad, sin embargo, esta condena fue anulada por la Corte Suprema que la declaró INOCENTE de todos los cargos y determinó su irrestricta libertad, la misma que se efectuó el 18 de octubre de 1995, después de más de 13 meses de encierro injusto.
Luego de este episodio, que a todas luces es una directa represalia por su actividad ambientalista, María Elena retornó a la dirección del Instituto Natura para seguir en su trabajo de incidencia que conlleve a una nueva mirada de los empresarios de la industria conservera y harinera de pescado para que reemplacen sus viejas máquinas por equipos de tecnologías limpias para no seguir contaminando el ambiente.
Precisamente por su experiencia ambientalista en Chimbote, en donde también se le conoce como la “Guardiana de la Bahía”, ha sido convocada a desempeñar labores en diversas instituciones. Así, entre el 2000 y el 2004, se desempeñó como presidenta del Programa de Pequeñas Donaciones de las Naciones Unidas; y entre el 2012 y 2016, presidenta de Foro-Ciudades por la Vida.
Militó por un corto periodo en el Partido Nacionalista Peruano, al cual renunció por el viraje programático del expresidente Ollanta Humala Tasso hacia el sector empresarial y dando espaldas a las necesidades del pueblo.
Forma parte del Movimiento Político Tierra y Libertad desde el año 2012, habiendo sido Coordinadora Provincial en el año 2013. Es así que, en alianza con otras agrupaciones de la izquierda peruana, se conforma el Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad, con el cual en el 2016 María Elena logra una curul en el Congreso de la República en representación de Áncash.
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[1] Persona acusada por el delito de terrorismo y que recibía beneficios, incluida la absolución, a cambio de entregar nombres de posibles implicados sin necesidad de pruebas.