ASI NO SRA. MINISTRA DE PRODUCCIÓN

Escribe: María E. Foronda Farro
Instituto NATURA
EXCONGRESISTA DE LA REPÚBLICA

Acompañando las justas demandas de los pescadores artesanales, jubilados y ahora de consumo indirecto, vemos con asombro el Plan de Reactivación Económica propuesto por el Ejecutivo, que comprende cuatro fases e inicia en mayo.

Es saludable proyectarse en el escenario post coronavirus, que de acuerdo a opiniones de especialistas como Pedro Francke “los efectos macroeconómicos sobre empresas que tendrán una fuerte contracción de la demanda, de sus ventas, las empresas (en especial turismo y pymes) van a tener mucha dificultad de mantener su ritmo de negocios con la posibilidad de una ola de despidos.

¿Hay salida para esto? Por supuesto que sí. Otros países como China, Inglaterra y Estados Unidos han reducido las tasas de interés y la otra medida es haciendo estímulo al gasto fiscal con recursos adicionales a la salud…”, son pocos los que se han dado en el Perú a un sistema de salud colapsado ante la pandemia, además de inversión en el sector público para contratar gente y mover la economía. En Alemania y Unión Europea analizan la estatización de empresas estratégicas.

Las otras medidas han estado orientadas a financiar a la banca privada para más créditos con un fondo de treinta mil millones de soles y permitir que en plena pandemia las empresas extractivas como la gran minería sigan operando, lo que ha dado como resultado 22 trabajadores de Antamina contagiados con COVID-19, pese los “protocolos” de seguridad.

Y es que la presión de la Confiep insiste en poder disponer de la vida de los trabajadores como si fueran mercancías de cambio, sin el menor respeto a sus derechos laborales (cada vez más recortados). En ese sentido, saludamos la respuesta valiente del premier Vicente Zeballos que de manera firme y respetuoso de los derechos no cedió a su prepotencia.
Pero el premio mayor se lo lleva la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), cuando su representante señala que debe salir ya la primera temporada de pesca de anchoveta para consumo humano indirecto en el 2020.

No es para mitigar el hambre de la gente, que será mayor post coronavirus, sino para “cumplir” con sus compromisos externos con quienes ya adelantaron pagos para la producción de harina y aceite de pescado, que sirve para alimentar a los salmones, perros, chanchos y gatos. El Instituto del Mar del Perú (Imarpe), fiel a su estilo, debería ya tener listo el informe donde supuestamente avala esta temporada.

Se olvida la ministra de Producción que en el plan de reactivación económica se pone en primera fila (mayo) el inicio de la primera temporada de pesca industrial aun cuando la producción de harina y aceite de pescado no es una actividad esencial según lo establece el DS 044-2020-PCM.

No se trata tan sólo del riesgo de contagio de COVID-19 de pescadores industriales por el hacinamiento en los camarotes, así lo demuestran los casos de trabajadores contagiado por COVID-19 de las Cias Pesqueras Hayduk y Austral. Esto incluye, además, a los proveedores de servicios como alimentos en donde se ubican las empresas pesqueras desde Pisco, Tambo de Mora, Callao, Chancay, Supe, Huacho, Chimbote, Puerto Malabrigo y Bayovar, participando en esto al menos cien personas por localidad. Quienes vivimos en puertos sabemos de otras actividades que ocupan las empresas de harina de pescado, como los estibadores, almacenamiento, rederos, levantadores y personal de mantenimiento.

De llevar adelante esta decisión se tirará por la borda el esfuerzo desplegado desde el Ejecutivo de “quedarse en casa” para no incrementar el número de víctimas y contagios, en pleno pico de pandemia. Sera la crónica de una tragedia anunciada con grave riesgo para el personal y pescadores así como para las poblaciones de diez ciudades peruanas. Ningún protocolo asegura que no se darán contagios de COVID-19.

Nuestra propuesta es postergar el inicio de la primera temporada de pesca de consumo humano indirecto para setiembre, pensando en la VIDA Y DERECHOS de los pescadores industriales y comunidades costeras, siendo coherentes los empresarios pesqueros con el código de pesca responsable y principios que se comprometieron en cumplir con enfoque de derechos laborales y protección de ecosistemas ante la Organización Mundial de Productores de Harina y Aceite de Pescado (IFFO).

Así podremos además dar un respiro a nuestras caletas, bahías y recursos que se vienen recuperado maravillosamente en esta época de cuarentena, cuando no se arrojan toneladas de desagües industriales con sanguaza, soda caustica y aguas a elevadas temperaturas, recordando que nuestras bahías, caletas y recursos son de propiedad del Estado peruano y no de intereses privados. Ojalá se tomen medidas concretas que reoriente la producción pesquera hacia seguridad alimentaria de los peruanos y una real diversificación productiva con protección del ambiente en base de la seguridad alimentaria de la que viven 60 mil pescadores artesanales y todos los peruanos.

Así no Sra. Ministra de Producción: Los derechos de las personas y de la naturaleza no se negocian.